Los amantes del café son personas exigentes, y hay mucho que decir acerca del cafe orgánico, sus muchos sabores, aromas y orígenes, pero una de las mayores diferencias entre los cafés es más llamativa incluso antes de que llegue a tu taza.
cafe orgánico,
Es la diferencia entre el café convencional y el orgánico. Incluso si ya elige orgánico en el pasillo de productos, puedes preguntarte por qué es importante.
Para poner las cosas en perspectiva, el café es uno de los productos básicos más comercializados en el mundo, con más de 12 mil millones de dólares de café producidos anualmente.
Satisfacer esa demanda no es tarea fácil. Entonces, con el tiempo, se han desarrollado métodos agrícolas para maximizar la producción, pero a menudo a expensas de la salud humana y ambiental. Lo que resulta es el café convencional no orgánico al que muchos están acostumbrados. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre eso y el café orgánico?
En primer lugar, el café convencional está empapado de fertilizantes sintéticos, pesticidas, herbicidas, fungicidas e insecticidas. No sólo el medio ambiente sufre esta sobrecarga, sino también las personas que viven en él. Los agricultores están expuestos a un alto nivel de productos químicos mientras fumigan los cultivos y los manipulan durante la cosecha. Las comunidades aledañas también se ven afectadas por los residuos químicos en el aire y el agua.
Qué es el café orgánico
En el caso del café orgánico, no se utilizan fertilizantes sintéticos ni productos químicos en el cultivo o la producción, lo que significa granos, aire, tierra y agua más limpios. El café se cultiva solo con fertilizantes orgánicos, como pulpa de café, gallinaza o compost. Las granjas orgánicas también combaten el cambio climático al emitir menos carbono que las granjas químicas, al mismo tiempo que secuestran cantidades significativas de carbono. Como beneficio adicional, los granos de café orgánico son más ricos en antioxidantes saludables, y muchas personas incluso pueden notar la diferencia. Su salud y la salud del planeta reciben un impulso.
En segundo lugar, la mayoría de las plantas de café cultivadas convencionalmente son híbridos desarrollados para florecer a pleno sol. El café naturalmente prefiere la sombra, pero un cultivo que crece en un bosque denso es más difícil de cuidar y cosechar, y no se puede sembrar tan densamente.
Café orgánico y su cultivo
Los bosques se talan para dejar espacio para campos abiertos en los que cultivar cantidades masivas de esta variedad de café amante del sol. La producción aumenta, pero el ecosistema salvaje de flora y fauna es demolido. Los disuasores naturales de plagas, como pájaros y lagartijas, se quedan sin hábitat, y los insectos que arruinan el café se sobrepoblan, lo que lleva a un mayor uso de pesticidas. Y sin el fertilizante natural de estos ecosistemas (excrementos de pájaros, hojarasca y descomposición natural) aumenta el uso de fertilizantes químicos.
La problemática del cultivo del café orgánico es diferenciarse de cualquier otro que precisa cantidad de terreno y una gran explotación.
La problemática del cultivo del café orgánico es diferenciarse de cualquier otro que precisa cantidad de terreno y una gran explotación.
La problemática del cultivo del café orgánico es diferenciarse de cualquier otro que precisa cantidad de terreno y una gran explotación.
Las aguas y las plantaciones
Cuando llueve, la falta de cobertura arbórea significa que aumenta la escorrentía de agua. El suelo se lava, y con él se van los nutrientes naturales, eventualmente erosionando y degradando tanto el suelo que el crecimiento es casi imposible. El agua de lluvia se lleva no solo el suelo, sino todos los productos químicos con los que ha sido tratada, y ambos terminan en los suministros de agua locales.
Cultivo del café orgánico
La mayor parte del café orgánico se cultiva de forma natural, a la sombra de frondosos bosques, proporcionando un hogar para plantas y animales silvestres, manteniendo la fertilidad del suelo y manteniendo vivos los ecosistemas regionales únicos. Estas granjas boscosas también son más resistentes y están mejor equipadas para manejar patrones climáticos inusuales que son el resultado del cambio climático, lo que las convierte en una inversión más segura para los agricultores y su futuro. Cientos de miles de acres de bosques tropicales sudamericanos ya han sido demolidos para diversas industrias.
