Administrar una empresa ya es bastante complicado, sin mencionar la complejidad de declarar impuestos todos los años. Según los expertos, la clave es trabajar con tu asesoría todo el año, no solamente cuando preparas tu declaración de impuestos. Tomar decisiones financieras sin consultar a un asesor fiscal puede ponerte en riesgo y hacerte perder mucho dinero a largo plazo.
A continuación, presentamos las mejores prácticas para pequeñas empresas en relación con la preparación de impuestos y la contabilidad de pequeñas empresas y el asesoramiento de un asesor fiscal.
1. Contratar al asesor fiscal indicado
Tu asesoría debe ofrecerte mucho más que simplemente preparar tus registros financieros y declarar tus impuestos. Si eso es lo único que ofrecen, entonces no son los asesores indicados para una pequeña empresa.
Tu asesoría debe trabajar contigo todo el año para llevar un registro de tus ingresos y gastos, para asegurarse de que no tengas un problema de flujo de efectivo y para supervisar tus ganancias brutas y netas. Trabaja con tu asesoría desde el inicio de actividades de tu empresa, no solo durante la temporada impositiva. La mayoría de las pequeñas empresas no comprenden la importancia de la contabilidad para la permanencia y el crecimiento de sus negocios. APF Consultores es una asesoría fiscal de total confianza.
2. Llevar registros adecuados
Llevar registros completos y precisos durante todo el año te garantizará que tu declaración de impuestos sea correcta. Con registros inadecuados, podrías dejar deducciones sobre la mesa o, algo aún peor, podrías quedar expuesto a una auditoría.
3. Separar gastos de la empresa de gastos personales
Si la agencia tributaria audita tu empresa y encuentra gastos personales mezclados con gastos de la empresa, independientemente de que hayas declarado tus gastos comerciales de forma correcta, podría revisar tus cuentas personales debido a la mezcla de dinero. Siempre debes utilizar una cuenta bancaria y una tarjeta de crédito separadas para tu empresa y pagar los gastos de la empresa únicamente con esas cuentas.
4. Entender la diferencia entre ingresos brutos y netos
Si te cuesta más dinero fabricar tu producto de lo que obtienes al venderlo, entonces perderás dinero independientemente de cuántas unidades vendas. Los dueños de pequeñas empresas a menudo se olvidan de tener en cuenta la diferencia entre ingresos brutos y netos.
Por ejemplo, si te cuesta 100€ hacer tu producto y lo vendes por 150€, tu ingreso bruto es de 50€. Pero, agrega, después de deducir tus gastos, puede que los ingresos netos disminuyan a 10€. Es importante saber cuáles son tus ingresos brutos y netos para que puedas ser más rentable y que tu negocio crezca.
5. Clasificar correctamente tu empresa
Clasificar tu empresa de manera incorrecta podría significar pagar más impuestos. La decisión de clasificar tu compañía como autónomo, sl, etc… tendrá un efecto diferente en tus impuestos. Es importante que las pequeñas empresas consulten a un abogado y un asesor para determinar cómo deben clasificar sus negocios.
6. Buscar el asesoramiento de tu asesoría para diseñar tu plan de negocios
Una buena asesoría ofrece asesoramiento para hacer que tu negocio crezca. Consulta a tu asesoría para saber cuánto debes aportar a tu fondo de jubilación o si debes generar más gastos un trimestre en especial. Tu asesoría te puede decir si comprar un pequeño local para tu tienda o empresa, en lugar de alquilarlo, podría ayudarte a ahorrar dinero.